Entonces, como te contaba la semana pasada, Nancy, una maestra retirada de casi 70 años, sabía que había tenido un matrimonio insatisfactorio y una vida sexual decepcionante. Con el dinero de su jubilación, decide alquilar una habitación privada en un hotel y contactar a un joven que ofrecía la posibilidad de experimentar el orgasmo a cambio de unos cuantos cientos de libras. Aunque la transacción estaba implícita, la actitud tímida de Nancy y su enfrentamiento vulnerable a su sexualidad desconocida transforman a Leo Grande, su acompañante de ese día, en algo más cercano y significativo. Good Luck to You, Leo Grande se convierte así en una película ideal para esos días en los que no tienes nada que hacer.
Después de este peculiar resumen sobre un largometraje bastante ameno, continuemos con la lista de la semana pasada. Como he mencionado anteriormente y no me cansaré de repetir, si lo que consumes en plataformas de cine o series te produce esa chispa de alegría en la cabeza, compártelo con alguien. Es probable que también se convierta en su película, serie o canción favorita. Para mí, hay otra actividad que también disfruto profundamente, aunque no la practique con frecuencia. Cocinar para alguien es parte de mi ritual cuando invito a amigos o a cualquier persona especial a ver alguna de estas películas en casa. Es como los panecillos de La Princesa y el Sapo; no son para todos, pero son únicos. De la misma manera, estas películas ocupan un lugar especial en mi corazón.
Entre los tipos de amor, el amor hacia los amigos es uno de mis favoritos. Es maravilloso estar enamorado de una amistad. Another Round es una película que descubrí en Netflix y que transformó por completo el aprecio que tengo por mi círculo de confianza. Cuatro amigos, cuatro hombres, evitando la terapia y alcoholizándose diariamente para que su amigo se ría de las travesuras que hacen y se olvide de su tristeza. ¡Es una película tremenda!
Llegamos a mi sección favorita de la lista: las películas de Woody Allen. Son mi colección de romances preferidos, algunas más complejas que otras, pero en definitiva, todas son altamente disfrutables. En primer lugar, Medianoche en París relata el viaje de un escritor de novelas y su pareja en París, ambos con intenciones muy distintas; él, en busca de inspiración artística. El clímax ocurre cuando el escritor se pelea con su esposa y decide caminar por las calles de París, sube a un auto y, de alguna manera, se encuentra en el París de 1920. Allí se cruzará con figuras como Pablo Picasso, los Fitzgerald, Ernest Hemingway, Salvador Dalí, Gertrude Stein, Cole Porter, el matador Belmonte, Luis Buñuel, y Edgar Degas. Todos son amigos de su nueva amada, que también lo es de Pablo y que siente que la verdadera época dorada de París es la Belle Époque, con sus carruajes y el can-can en los burdeles. ¿Te suena enredado? Así es esta película, pero sin dificultad de entender, sigue una línea que te hace disfrutar mientras el protagonista experimenta con artistas y amores.
De este genio seguiría Manhattan, una historia algo turbia pero con una de las intros más hermosas del cine, seguida de Annie Hall, To Rome with Love, A Rainy Day in New York, Blue Jasmine y New York Stories, que comparte con Scorsese y Coppola.
Los musicales deben cerrar esta lista de romances desbordantes de emoción, y por eso West Side Story es el primero de ellos. Grease sería el segundo, y ambas comparten un punto en común: los años 50. Mientras que en una, el amor al estilo de Romeo y Julieta debe ser separado debido a la prohibición de los estadounidenses de salir con chicas inmigrantes de Puerto Rico, en Grease, Romeo y Julieta son interpretados por John Travolta y Olivia Newton-John, quienes dan vida a Danny Zuko, el rebelde, y Sandy, una inocente australiana que sostiene un amor de verano. ¿O tal vez por más tiempo?
Grandes musicales, históricos, diría yo, pero en mi gusto personal, el que realmente destaca es el de Damien Chazelle: La La Land. Jazz, amor, decepción y realismo se entrelazan en una historia donde Ryan Gosling y Emma Stone bailan al ritmo del tap, con los ángeles y atardeceres brillando de fondo.
Al hablar de amores imposibles, cierro esta lista con un par de películas excelentes: Her y Lost in Translation. El amor entre un hombre y la inteligencia artificial de su computadora tiene una atmósfera y una sensación única, al igual que el otro largometraje donde Bill Murray y Scarlett Johansson interpretan una historia de amor en la ciudad de Tokio, entre una joven y un hombre mayor, bajo la dirección de Sofia Coppola.