Al analizar el cine popular de la última década, en mi opinión personal, la mayoría de los largometrajes carecen de identidad. Es tan sencillo distinguir un Velázquez, un Diego Rivera, un Tamayo o un Picasso sin necesidad de preguntar quién es el autor del cuadro. Lo mismo sucede al escuchar algo de los Beatles o Queen para reconocer que esas no son las formas de componer que usaría Bad Bunny. Sin embargo, en el cine ocurre algo particular: los pocos directores que poseen un estilo característico se han vuelto cine para "intelectuales", es decir, es mucho más probable que alguien haya visto las últimas cinco películas del universo Marvel o del planeta de los simios que tener en su lista algo de Woody Allen o Wes Anderson. Esto no es culpa de nadie más que de la comercialización del producto.
Pasando al tema central, quiero hablar hoy de mi director preferido, uno que crea películas con un sentido o una locura desbordante, pero que definitivamente podría ver durante horas. Wes Anderson es un director cinematográfico estadounidense que parece situar sus historias en cualquier parte del mundo. La mayoría de sus filmes son sumamente particulares y cuentan con características específicas. Entre mis favoritas se encuentran la simetría en sus planos, la paleta de colores pastel en los sets, el desarrollo de personajes extravagantes y con cierta elegancia peculiar, así como un espacio-tiempo incierto que parece transcurrir entre los años 60 y 80, por los utensilios que utilizan los personajes. Las películas de Wes desarrollan historias con sentido y profundidad, como "El gran hotel Budapest", "Los excéntricos Tenenbaums" o "Isla de perros", así como otras un poco menos convencionales, como "Viaje a Darjeeling", "Asteroid City" y "La vida acuática de Steve Zissou". Desde mi perspectiva, independientemente de la opción que elijas de entre las múltiples obras de Wes, es bastante seguro que quedarás satisfecho con el resultado.
Aunque hay suficientes películas destacadas como para dedicarles un artículo a cada una, cuando se trata de Wes, para mí "Fantastic Mr. Fox" es mi favorita. Me parece impresionante la técnica con la que esta película se llevó a cabo. Desde el principio, es un stop motion, lo que significa que la película no es animada, sino que los personajes y los sets son construidos en miniatura y manipulados por artistas de esta técnica, logrando fotograma por fotograma el movimiento que finalmente se traduce en la fluidez al juntar tantas fotografías hasta que parezcan un movimiento fluido en video. El stop motion es una técnica que ha ganado prominencia en el cine últimamente, con películas como "Coraline", "Pinocchio" de Guillermo del Toro, "El cadáver de la novia", entre otras. Además de esto, "Fantastic Mr. Fox" tiene una historia encantadora, donde un zorro reúne a una comunidad de animales para declararle la guerra a tres granjeros que quieren quedarse con todos los recursos. Y no solo eso, sino que también el estilo visual de la película cumple con los criterios del estilo de Wes. No puedo ni imaginar lo complicado que debe ser lograr algo así. Sin embargo, no puedo dejar de mencionar grandes películas como "Isla de perros" y "El gran hotel Budapest", lugares seguros a los que acudo cada vez que me siento mal; solo basta con ver cualquiera de esas dos películas para terminar reconfortado por los pasteles de Wes.
¿Qué otro director crees que tiene su propio estilo?