La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de poner fin a su campaña de reelección el domingo se produjo tras una serie de errores estratégicos por parte de su equipo de campaña y sus asesores de la Casa Blanca.

La vacilante actuación de Biden en el debate presidencial del 27 de junio contra el candidato republicano Donald Trump fue un momento clave que llevó a la caída de su campaña.

Biden aceptó debatir con Trump a pesar de las preocupaciones de algunos de sus aliados demócratas, creyendo que un debate temprano podría convencer a los votantes de que no había otra opción anti-Trump en la carrera presidencial. Sin embargo, su desempeño en el debate, marcado por respuestas inconexas y una apariencia de cansancio, dejó sorprendidos avotantes, donantes y funcionarios demócratas.

El agotamiento fue otro factor que afectó negativamente a Biden. Viajó a Europa dos veces y a la costa oeste en un período de 14 días antes de tomarse unos días de descanso en su casa de vacaciones en Rehoboth Beach, Delaware.

Este cansancio acumulado se hizo evidente durante las sesiones de preparación específicas en Camp David, donde Biden fue bombardeado con detalles y debates simulados.

El incidente en el que Trump recibió un disparo mientras daba un discurso en Pensilvania, sumado a que Biden contrajo Covid-19 mientras hacía campaña en Nevada, sólo aumentó las preocupaciones de los demócratas sobre sus propias posibilidades. Durante su recuperación en Rehoboth Beach, Biden tuvo tiempo para reflexionar y finalmente decidió poner fin a su campaña de reelección.

Joe Biden se convierte así en el primer presidente en activo que se retira de una posible reelección desde Lyndon B.Johnson en 1968, marcando un momento histórico y lleno de incertidumbres para el futuro político de Estados Unidos.

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