El legado de Silvia Pinal en el cine mexicano e internacional no puede entenderse sin Viridiana (1961), la obra maestra de Luis Buñuel que no solo marcó un antes y un después en la carrera de la actriz, sino que también desafió las normas y censuras de su época, inmortalizando su nombre en la historia del cine.
Admiradora del peculiar estilo de Buñuel, Silvia Pinal soñaba con trabajar bajo la dirección del icónico cineasta español. Este deseo se materializó gracias a su entonces esposo, Gustavo Alatriste, quien la acompañó a España para proponerle el proyecto al director. Aunque Buñuel inicialmente rechazó la oferta argumentando que sus películas no eran comerciales, Pinal y Alatriste lograron convencerlo, dando vida a una de las colaboraciones más memorables del cine.
La trama de Viridiana narra la historia de una novicia que, a punto de tomar los hábitos, visita a su tío Genaro, un hombre atormentado por la soledad y obsesionado con el recuerdo de su difunta esposa. La llegada de Viridiana despierta en Genaro oscuros deseos que culminan en un desenlace trágico, dejando a la joven marcada por el desconsuelo y la necesidad de redimirse a través de la caridad. Sin embargo, la aparición de su primo —el hijo ilegítimo de Genaro— cambia radicalmente su destino, llevándola por caminos inesperados.
El impacto de Viridiana trascendió las pantallas. Fue censurada por el gobierno franquista que la consideró blasfema y prohibida por el Vaticano tanto en España como en Italia. Francisco Franco incluso ordenó destruir las copias de la película, de las cuales solo una sobrevivió gracias al ingenio de Silvia Pinal, quien la sacó de España escondida en maletas rumbo a México.
La película no solo consolidó a Pinal como una figura esencial del cine, sino que dejó una profunda marca en su vida personal. Silvia bautizó a su segunda hija como Viridiana en honor a la cinta, aunque la tragedia también rodeó este nombre: su hija falleció en un accidente automovilístico a los 19 años, y años después, la nieta de Silvia, también llamada Viridiana, murió trágicamente a los dos años.
Hoy, Viridiana es considerada una de las mejores películas en lengua castellana, una obra maestra que desafió a su tiempo y continúa siendo un referente del cine de arte. Verla no es solo un homenaje a la genialidad de Buñuel, sino también a la incomparable trayectoria de Silvia Pinal, quien sigue siendo un pilar del cine mexicano y mundial.
Disponible en plataformas especializadas y retrospectivas de cine clásico, Viridiana es una experiencia imprescindible para cualquier amante del séptimo arte.