En el corazón de la colonia Juárez en la Ciudad de México, se encuentra un lugar icónico que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio: Café La Habana.
Desde su inauguración en 1952 por un español inspirado en la esencia cubana, este café ha sido mucho más que un simple lugar para disfrutar de café y comida.
Un café histórico
Se rumorea que entre sus mesas, el Ché y Fidel Castro conspiraron para la revolución cubana.
Escritores de renombre como Octavio Paz, Renato Leduc y Gabriel García Márquez encontraron inspiración entre sus paredes. Incluso, Roberto Bolaño inmortalizó este espacio en su obra "Los detectives salvajes", bajo el nombre de Café Quito, donde los personajes principales, Lima y Belano, se sumergían en interminables conversaciones acompañadas de café con leche.
Café La Habana no solo ofrece un festín para la mente, sino también para el paladar. Sus chilaquiles, la torta cubana y el café con leche son verdaderos manjares que no se pueden perder.
Destacando entre sus especialidades está el café Bombón, un espresso doble cortado con un toque de café molido y leche condensada, una verdadera experiencia sensorial.
Ya sea para desayunar, escribir, o simplemente absorber la atmósfera única de este lugar, Café La Habana ofrece un espacio donde los sueños y las conversaciones fluyen tan libremente como el aroma del café recién tostado.