Después de unas semanas de pausa, tiempo que me ha dado una lección importante, vuelvo a escribir. He comprendido que las cosas más simples y las personas más rutinarias son las que realmente cuentan. Para mí, eso incluye a mi familia, algunos amigos y, por supuesto, el arte. En mi última columna, le escribí una carta al cine y a mi papá; hoy, retomamos desde donde lo dejamos.

El cine mexicano se ha definido por distintas épocas: la de oro, el cine de ficheras, el de luchadores, las comedias absurdas, la crítica política, entre otras. Mientras el cine de ficheras se enfocaba en llenar salas y mantener a flote la industria, había directores explorando temas profundos y urgentes.

Para mí, Felipe Cazals, Jorge Fons y Arturo Ripstein son tres grandes pilares del cine nacional. “Canoa” de Cazals es una obra maestra que resuena con sus poderosos mensajes y premios. “El año de la peste” y “Las Poquianchis” son igualmente destacables. “Canoa” ofrece una perspectiva sobre el movimiento estudiantil que, aunque compartida por otros filmes, como “Rojo Amanecer”, sigue siendo una de las representaciones más impactantes del 68. “El Grito” también es relevante, aunque el incendio de la Cineteca Nacional se llevó muchas de esas memorias. Fons, con “Fe”, “Esperanza” y “Caridad”, y Ripstein con “El castillo de la pureza” y “El lugar sin límites”, marcaron una etapa con propuestas únicas y un estilo inconfundible.

De esos años, también tengo mis favoritos. “La fórmula secreta”, un mediometraje experimental de Gaméz con la voz de Jaime Sabines y la autoría de Rulfo, es una crítica profunda a la pérdida de identidad mexicana. “Los Caifanes” de Juan Ibáñez es otro de mis preferidos, marcando el inicio de una nueva era en el cine nacional. “Náufrago” de Hermosillo, “Veneno para hadas” de Taboada y “Llámame Mike” de Gurrola también son películas que disfruto mucho deesa época.

Los años 90 trajeron un auge en el cine nacional, con la llamada segunda época de oro. Directores como González Iñárritu, Ruiz Palacios, y Cuarón, junto con el fin de la era de Jodorowsky y Retes, redefinieron el panorama. Alejandro Jodorowsky experimentó con “Santa Sangre” y “La montaña sagrada”, mientras que Retes concluyó con “El bulto”, una película sobre el Halconazo y sus consecuencias. “Sólo con tu pareja” de Cuarón abrió el cine de los 90, seguido por “La ley de Herodes” de Luis Estrada, un filme de crítica política. “Como agua para chocolate” trató la revolución, “Cronos” de Guillermo del Toro comenzó a explorar criaturas y realidades únicas. Con “Amores perros” de Iñárritu y “Crónica de un desayuno” en formato VHS, llegamos al nuevo siglo.

El cine nacional del siglo XXI se puede dividir en dos fases: los primeros años 2000 y la revolución femenina actual, que ha impactado los Ariel y otros premios, manteniendo a México relevante en el séptimo arte. Entre las joyas delos 2000s están “Temporada de patos”, “Amarte duele”, “Babel”, “Rudo y Cursi”, “Matando Cabos”, “El crimen del padre Amaro”, “Frida”, “Un mundo maravilloso” y “El infierno”.

México siempre ha tenido mujeres fuera de lo común, y el cine no es la excepción. Desde María Félix hasta el cine contemporáneo, destacamos a directoras como Claudia Sainte-Luce, Lucía Puenzo, Teodora Ana Mihai, Yulene Olaizola, Natalia Beristaín, Lila Avilés, Mariana Chenillo, Tatiana Huezo, Natalia Almada, Alejandra Márquez Abella, María Novaro y Michelle Garza Cervera.

Algunos de mis filmes favoritos de estas directoras y otras voces innovadoras incluyen “Ya no estoy aquí”, “Chicuarotes”, “Roma”, “Camino a Marte”, “Nosotros los nobles”, “Presunto culpable”, “El brujo de Apizaco”, “Una película de policías”, “Güeros”, “Sueño en otro idioma”, “El baile de los 41”,“Esto no es Berlín”, “Las niñas bien”, “¿Quién mató a Manuel Buendía?”, “Noche de fuego”, “Las tres muertes de Marisela Escobedo”, “La camarista”, “La jaula de oro”, “El sueño de ayer”, “Museo”, “Los similares”, “Después de Lucía”, “El norte sobre el vacío”, “Me estás matando Susana”, “Heroico”, “Tótem”, “Un actor malo”, “Ruido”, “Post Tenebras Lux”, “La oscuridad de la luz del mundo”, “Huesera” y “Señora influencer”, una de las últimas nominadas a los Ariel.

El cine mexicano sigue evolucionando y sorprendiendo, y siempre será un tema fascinante para explorar y disfrutar.

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