El Festival Ceremonia 2025, celebrado en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México, se tiñó de luto tras la trágica muerte de los fotógrafos Berenice Giles y Miguel Hernández, quienes fueron aplastados por una estructura metálica durante su jornada laboral. La falta de respuesta inmediata por parte de los organizadores y autoridades ha desatado una ola de indignación entre la comunidad periodística y el público.
El domingo siguiente al accidente, cientos de colegas, amigos y ciudadanos realizaron una velada frente al parque con flores, veladoras y pancartas que exigían: “Justicia para Bere y Miguel”. La comunidad exigió respuestas, responsabilizando a los organizadores del festival Eco Live, así como a las autoridades de la alcaldía Miguel Hidalgo y del Gobierno de la CDMX, por omisiones y negligencias que, aseguran, costaron dos vidas.
Mientras las autoridades aseguraron que las víctimas fueron trasladadas con vida al hospital, testigos aseguran que Bere falleció en el lugar, y que Miguel agonizó minutos después, sin que se hiciera público de inmediato lo ocurrido. La estructura que colapsó, parte de la decoración y un punto de encuentro, fue acordonada inmediatamente para evitar que se documentara el hecho.
La música no se detuvo
Pese a la tragedia, los conciertos continuaron con normalidad. La zona afectada fue reubicada y tapada, sin que el público recibiera información oficial. No fue sino hasta la madrugada del domingo que se clausuró formalmente el festival, cuando ya todos los artistas habían terminado sus presentaciones.
Una tragedia que pudo evitarse
Además de exigir indemnizaciones y cobertura de gastos funerarios, la comunidad fotográfica ha pedido condiciones más dignas y seguras para quienes cubren eventos masivos. Recordaron que no es la primera vez que ocurre una tragedia en el Parque Bicentenario, citando el caso del fotógrafo Alberto Clavijo en 2023.
La memoria de Bere y Miguel hoy se convierte en estandarte para exigir cambios reales: protocolos de seguridad, respeto al trabajo periodístico y una verdadera rendición de cuentas.
