El pasado sábado 7 de septiembre, en el salón Veravia de Pachuca, Hgo., Naty Castrejón celebró su cumpleaños rodeado de más de 1,500 invitados, entre familiares, amigos y colegas provenientes de todo México. Sin embargo, esta fiesta fue mucho más que un simple festejo, ya que Naty sorprendió a todos al pedir que, en lugar de regalos, sus invitados hicieran un donativo a la fundación "La Fuente del Renacer", una causa que lleva en su corazón.

La iniciativa de este gesto solidario provino de su hija, Natalia Castrejón, quien próximamente estará desempeñando su labor profesional en la Embajada de México en Washington D.C. Con su visión y compromiso, Natalia inspiró a los invitados a sumarse a esta noble causa. Además, su esposa, Virginia Hurtado, ha estado profundamente involucrada en las actividades altruistas de la fundación, demostrando un inquebrantable compromiso con el bienestar de los niños.

Con donativos a partir de los $100, los asistentes lograron recaudar una impresionante suma de 300 mil de pesos, que se destinarán a "La Fuente del Renacer". Esta fundación apoya a 87 niños y niñas del Cerro de Cubitos, brindándoles servicios educativos, de alimentación, actividades recreativas, y terapias psicológicas, físicas y de lenguaje. Naty, siempre comprometido con mejorar el entorno de estos pequeños, mostró una vez más su generosidad y empatía en este evento tan especial.

El ambiente de la celebración fue cálido y emotivo, y los asistentes disfrutaron de una exquisita comida de cuatro tiempos. El menú incluyó una crema de tres quesos con guarnición de uvas y pepitas como primer tiempo, seguido de fusilli a la florentina. El tercer tiempo ofreció una deliciosa pechuga de pollo rellena de queso philadelphia y nuez en salsa de chipotle, acompañada de una ensalada de manzana, para finalizar con una selección de café y té.

La fiesta no solo fue un momento de celebración, sino también un ejemplo de cómo Naty Castrejón continúa inspirando con su solidaridad y amor por los niños de la fundación. Los asistentes no solo se llevaron el recuerdo de una tarde encantadora, sino la satisfacción de haber sido parte de una causa que impacta vidas.

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