San Miguel de Allende, reconocido Patrimonio Cultural de la Humanidad y uno de los destinos más prestigiosos del mundo, se reinventa constantemente. Con su fusión de arquitectura colonial y diseño contemporáneo, esta joya del Bajío mexicano ofrece experiencias únicas que capturan la esencia de lo tradicional y moderno.
Desde la experiencia sensorial en el hotel Amatte, diseñado por el arquitecto japonés Shinji Miyazaki bajo los principios del wabisabi, hasta los sabores mediterráneos y la panadería artesanal de Cumpanio, San Miguel se mantiene vivo y vibrante.
Los visitantes pueden disfrutar de una propuesta culinaria de alta calidad en un ambiente relajado, seguido por una experiencia enológica en Xoler, un bar de vinos que presenta tintos, blancos, rosados y espumosos en una atmósfera íntima.

La ciudad, además de ser un punto de encuentro para la gastronomía, también es un escenario para el diseño. Espacios como Casa de los Olivos y la galería itinerante Albergue Transitorio demuestran el compromiso de San Miguel con el arte y la cultura local, ofreciendo exposiciones que enriquecen la experiencia del visitante.
En cada rincón de San Miguel de Allende se respira creatividad y cultura, haciendo de cada visita una oportunidad para conectar con la historia y la modernidad en un solo lugar.