Con pasión y compromiso, Alejandro Sánchez García, titular de la Secretaría de Infraestructura Pública y Desarrollo Urbano Sostenible, ha guiado una transformación tangible en cada rincón de Hidalgo,dotando a miles de familias de lo que tanto han esperado: caminos seguros, agua potable y espacios dignos para su día a día.

En su reciente comparecencia ante el Congreso, Sánchez García compartió cómo su equipo ha invertido más de 7,950 millones de pesos, convirtiendo el compromiso en acción en todas las regiones del estado.

Cada camino, cada puente y cada espacio rehabilitado llevan la dedicación de un líder que ha puesto el bienestar de su gente como su norte. Desde las montañas de la Sierra Otomí-Tepehua hasta los valles fértiles de Actopan e Ixmiquilpan, las obras no solo facilitan el tránsito y el abastecimiento de servicios, sino que representan un abrazo de solidaridad, respeto y dignidad para quienes viven en estas tierras.

En Tula de Allende, la rehabilitación de la carretera Refinería-Bojay no es solo un logro técnico; es la respuesta a años de espera de comunidades que, por fin, ven pavimentado el camino hacia un mejor futuro. Del mismo modo, en Pachuca, la rehabilitación del acueducto Téllez, logrando recuperar 45 litros de agua por segundo, es una promesa cumplida que llevará agua a miles de hogares.

Para la región de Huejutla de Reyes, el nuevo puente Cuamontax es mucho más que una estructura de acero y concreto; es la materialización de la esperanza para familias que, día a día, cruzan por esta ruta. En cada rincón de Hidalgo, las manos y el corazón de Alejandro Sánchez García y todo su equipo se sienten presentes, asegurando que cada proyecto, sin importar lo grande o pequeño, esté orientado al servicio de la comunidad.

Este año, 75 municipios fueron tocados por la fuerza de la transformación y 38 de ellos, en condiciones de alto rezago, ahora cuentan con caminos y servicios que los acercan a una vida más digna. Bajo el liderazgo de Sánchez García, cada obra no es solo una construcción; es un símbolo de esperanza, de un Hidalgo que crece y que no deja a nadie atrás.

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